El Ministerio de Hacienda tiene en su punto de mira a las ‘empresas sin actividad’. Le consta la existencia de que entre las cientos de miles de empresas que siguen dadas de alta en los registros pero que no presentan actividad alguna desde hace años hay sociedades que se mantienen vivas con el único objetivo de evacuar pérdidas de manera fraudulenta o, en el peor de los casos, enmascarar la titularidad real de las mismas, El objetivo declarado de la Agencia Tributaria, y concretado en el Plan de Control Tributario de 2020 por ejemplo, está dispuesta a imponer sanciones a los empresarios que por dejadez o por otras razones no hayan tramitado la baja de la empresa que corresponde en estos casos. La Agencia asegura que esa desidia le genera enormes costes directos e indirectos de gestión.
La maniobra persigue bloquear cualquier intento de traspaso de la titularidad de la sociedad, operación tras la que en determinados casos se esconden intenciones fraudulentas. «Las experiencias adquiridas de las actuaciones de lucha contra el fraude ponen de manifiesto la existencia de entidades con NIF revocado (por falta de actividad) que ‘de facto’ siguen otorgando escrituras públicas y realizando operaciones societarias.