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Trece altos ejecutivos de banca han sido condenados por una corte en Milán por el ocultamiento de fuertes pérdidas en la entidad Monte dei Paschi di Siena mediante el uso de derivados organizados por la banca de negocios de Deutsche Bank y de Nomura Bank. El ardid, que se mantuvo oculto hasta la salida del banco de su presidente Giuseppe Mussari, dejó fuera de la vista del supervisor cientos de millones de euros en pérdidas. Éstas se generaron porque Monte dei Paschi adquirió una importante cartera de deuda soberana italiana en vísperas de la crisis de deuda europea, lo cual generó pérdidas por la drástica caída del valor de los bonos en la cartera del banco. Éste, el más antiguo del mundo, fue fundado en 1472, fue nacionalizado por el estado italiano en 2017 logrando una serie de prerrogativas del Banco Central Europeo (BCE) que han irritado a otros países que consideraron prebendas injustificadas la posibilidad de dar una garantía del estado a la securitización de 25.000 millones de euros en créditos improductivos para limpiar la cartera de créditos de la entidad tras su nacionalización.
El asunto además provocó críticas contra Mario Draghi que era el Gobernador del Banco de Italia cuando los derivados fueron contratados. El Banco de Italia siempre se escudó en el hecho que las operaciones fraudulentas fueron mantenidas en la oscuridad para el regulador, y que éste las conoció recién cuando salieron a la luz en el proceso de crisis de la entidad en un relevo de sus altos ejecutivos responsables por el entuerto. Las condenas, que están entre las más duras sufridas por banqueros en el mundo, fueron para 13 ex altos ejecutivos de las tres entidades. Los hechos objeto de la investigación de la fiscalía, y que han sido la base de la condena, ocurrieron entre 2008 y 2012.
El veredicto pretende cerrar el peor escándalo financiero en la historia del país y que fue el detonante para la intervención y nacionalización del banco en un intento de preservar el sistema financiero de Italia en su conjunto. Los bancos del país estaban cargados de deuda improductiva, fallidos y quebrantos, que se mantenían en las carteras de crédito de forma irregular. Por ello la crisis de Monte dei Paschi colocó al conjunto del sistema en una situación de crisis inminente. El conjunto de la banca se vio obligada a deshacerse de ese lastre tras la nacionalización de Monte dei Paschi.

Los jueces han sentenciado a siete años de cárcel a dos ex ejecutivos de Monte dei Paschi, Giuseppe Mussari y Antonio Vigni. A cinco años de cárcel a Michele Faissola, Michele Foresti y Dario Schiraldi de Deutsche Bank, y a entre tres y cinco años a Sadeq Sayeed y Rafaele Ricci, ex ejecutivos de la japonesa Nomura. El banco era el tercero más grande del país antes de su prolongada crisis y estaba estrechamente vinculado a los círculos del poder en Siena cuyos representantes políticos formaban parte del consejo de administración del banco.

Pero el escándalo fue el primero de una serie de denuncias sobre gestión corrupta que afectaron a una docena de bancos italianos tras la crisis de la deuda soberana en la Unión Europea (UE) que afectó con dureza a Italia. La crisis del banco obligó al Gobierno a tomar una participación del 70% en el capital de la entidad, pero la Comisión Europea (CE) puso como condición para esta virtual estatización que el gobierno salga de la entidad en 2021. Un objetivo que parece poco realizable porque, de acuerdo con los datos del balance del banco, en la cartera de créditos siguen registrados 14.000 millones de euros en préstamos improductivos y más de 6.000 millones de euros en reclamaciones judiciales.

Entre los litigantes hay fondos de inversión que acusaron en su momento al banco de haber contabilizado en sus balances los derivados como si fuesen deuda adquirida a precios rentables. La lectura de esos fondos es que la sentencia beneficia sus reclamaciones, algo que va a suponer mayores pérdidas a la entidad. Los defensores de la banca se muestran espantados por las largas condenas de cárcel, y señalan que tienen pocos precedentes en lo que respecta a los crímenes de cuello blanco. Mientras tanto las sucesivas ventas masivas de deuda soberana, como la registrada el jueves pasado, crean a la banca problemas porque dificultan las condiciones en las que pueden colocar su propia renta fija. La tendencia del mercado de bonos es hacia un incremento de la rentabilidad como condición para su colocación. La deuda italiana ha sustituido a la griega como la más arriesgada de Europa, y esto se traduce en mayores costes de emisión para el sector privado también.

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