Ocho cámaras camufladas en el mobiliario se han convertido en la pieza clave para destapar los supuestos malos tratos a discapacitados de la residencia de gravemente afectados La Milagrosa por parte de cuatro cuidadores, que han sido detenidos por la Policía Nacional.
La investigación del caso, adelantado ayer por SUR, no se inició con motivo de esas agresiones, sino por la sospecha de los responsables del centro de que algunos empleados del turno de noche se dedicaban a dormir en lugar de hacer su trabajo.
La dirección de la residencia, recurrió a detectives privados para comprobar si los cuidadores cumplían con su labor, ya que algunos de ellos, pese a trabajar de 00.00 a 06.00 horas, parecían estar descansados al hacer el relevo de la mañana, según fuentes del centro.
La empresa propuso a la institución emplear cámaras para verificar este extremo. La parte más complicada fue colocarlas, ya que la residencia tiene 46 trabajadores repartidos en los distintos turnos de servicio y otros tantos usuarios, lo que dificultaba la instalación de un sistema de videovigilancia espía sin que el personal supiera de su presencia, como pretendían.
Para ello, se repartieron ocho cámaras por distintos puntos del recinto, ocultándolas aprovechando los escondites que ofrecía el mobiliario para no despertar sospechas. Pero el resultado no fue el esperado. Cuando los detectives revisaron las imágenes, se toparon con escenas de supuestos malos tratos por parte de algunos empleados a, al menos, seis usuarios del centro, tal y como ayer publicó este periódico.
Al parecer, una de las víctimas lo habría sido con carácter continuado, a tenor de los vídeos filmados por las cámaras. Se trata de un hombre de unos 40 años que padece una discapacidad intelectual severa que le impide hablar, lo que habría facilitado la impunidad del presunto agresor.
En este caso concreto, la videovigilancia captó cómo uno de los cuidadores propinaba patadas y golpes al usuario. Y esa escena, según las fuentes, se habría repetido varios días, «bien por la mañana, al levantarlo, o por la noche al acostarlo».